El camino para lograr una piel vital
- febrero 23, 2025
- By Alba Espinel Munevar
- 19
- Skincare

Creo que a muy pocas personas les he contado la experiencia completa con mi piel y las prácticas que, en mi caso, no recomendaría. A muy corta edad comenzó mi ciclo menstrual, aunque con retrasos en su llegada. Durante la adolescencia, alrededor de los 16 años, apareció el acné en mi piel. Ni yo ni mi familia contábamos con la información necesaria y, ante la falta de recursos económicos, optamos por remedios caseros y, posteriormente, acudimos a establecimientos de “tratamientos estéticos” que, en realidad, carecían de profesionales especializados en el cuidado cutáneo.
El aspecto psicológico también fue determinante, ya que el acné no solo causó molestias físicas, sino también emocionales. Surgió la inseguridad y, en ocasiones, incluso el deseo de no salir de casa o evitar el contacto con otras personas por temor a que se burlaran de la apariencia de mi piel.
A los 26 años, la varicela dejó en mi piel cicatrices difíciles de prevenir y corregir. Actualmente, a los 36 años, aún persisten algunas señales del acné, ya que sufro de un acné hormonal que, aunque difícil de erradicar por completo, se puede controlar con buenos hábitos alimenticios, ejercicio y una rutina adecuada. A continuación, enumero aquellas prácticas que yo seguí y que no recomendaría para el cuidado de la piel:
Utilizar alimentos para mascarillas caseras:
El limón y la miel fueron algunos de los ingredientes que empleé para tratar mi acné. Aunque estos productos tienen múltiples beneficios, no es recomendable usarlos de forma directa sobre la piel, especialmente sin una adecuada protección solar.
Usar crema dental para secar los granos:
Este producto contiene componentes muy fuertes que, además de resecar la piel, pueden mancharla. Las cremas dentales fueron diseñadas para otros propósitos.
Automedicarme
En ocasiones, siguiendo el consejo de otras personas sobre productos que les habían funcionado, los utilicé sin consultar a un especialista. Esto es un error, ya que la piel es muy sensible y podemos dañar la barrera cutánea protectora.
Acudir a establecimientos de estética sin profesionales especializados:
El tratamiento del acné requiere la orientación de un dermatólogo, quien indicará el camino a seguir para lograr una piel sana.
No utilizar hidratante
A menudo se piensa que el uso de hidratantes aporta grasa a la piel, lo que podría favorecer su deshidratación. Sin embargo, hoy en día existen hidratantes ligeros especialmente formulados para pieles con acné.
No proteger la piel con bloqueador solar
Los protectores solares disponibles en mi adolescencia y juventud eran muy pesados, grasosos y dejaban una capa blanca, por lo que optaba por no usarlos, desconociendo el riesgo que esto representaba para mi piel.
Related Blogs

